martes, 11 de noviembre de 2008

Kemita la antigua religion Egipcia

El Kemetismo fue una religión practicada en el antiguo Egipto. El término deriva de Kemet (Kmt), "Tierra negra", el nombre que se daba al país cuando los faraones gobernaban las Dos Tierras del Nilo.

Esta religión, más que al neopaganismo, pertenece al tradicionalismo africano. No es una nueva religión, ni una interpretación New Age, ni una mezcla de wicca con el panteón egipcio, ni una improvisación. El Kemetismo es la práctica de la religión antigua intentando reconstruir el modo en que lo hacían en el pasado. Es por ello que su práctica requiere un compromiso de preservar la herencia cultural; no sólo se necesita fe, sino un gran esfuerzo y tiempo dedicado a leer y a aprender. No es aplicar parte de lo antiguo a lo nuevo sino utilizar lo antiguo en la modernidad.

La religión Kemética Ortodoxa fue fundada por la Nisut (AUS), Su Santidad Hekatawy I Tamara L. Siuda, a finales de la década de 1980 en EUA. La Casa de Netjer (proncunciado "netcher") (la Casa de Dios) “The House of Netjer”, hoy día el principal templo de la fe Kemética Ortodoxa, tiene miembros en más de la mitad de los estados de los EUA y en más de quince países del mundo.

Hay que aclarar que no todo el que sigue a los dioses egipcios es Kemético Ortodoxo, del mismo modo que todo el que sigue a Jesús no es Católico Apostólico Romano. Kemético Ortodoxo es aquél unido al Templo House of Netjer, y que ha tomado a la Nisut como líder espirit

Creencias: ¿Politeísta o monólatra?

Esta fe, es una religión monólatra. Monolatría es un concepto diferente del monoteísmo, donde se cree que dios se manifiesta única y exclusivamente de una forma, diferente también del politeísmo, donde muchos dioses aparecen en muchas formas diferentes y distinguidas. Monolatría es una forma especial de politeísmo, teniendo una estructura de muchos dioses sin embargo permitiendo la comprensión de todos, siendo parte de una fuente divina.

Una religión monólatra tiene una fuerza divina (Netjer, en la lengua Kemética, significa “poder divino”) que por su parte es compuesta por otras partes separadas aunque íntimamente interligadas, como un equipo que puede ser definido como una entidad (la suma de sus partes) y por sus miembros individualmente. Cada uno de los “dioses y diosas” del antiguo Egipto, aunque son claramente diferenciados unos de los otros en algunos aspectos, pero no claramente en otros, también representan un aspecto de Netjer, como sus nombres. Es preciso aclarar que Netjer no es un dios, es decir, ningún dios egipcio se llama de ese modo. Al decir "Netjer", estamos hablando de algo abstracto, la fuente primordial divina de la que todo surgió, incluídos los dioses y diosas. Cuando adoramos en conjunto a todos los dioses, hablamos de Netjer, todos como una unidad; cuando nos referimos individualmente a una manifestación divina surgida de esa fuente primordial, lo hacemos por su nombre (ej: Anubis, Osiris, Isis, etc), que también son netjer o netjeret (es decir, un poder divino).


Los que practican la religión kemética deben vivir en y por Maat, lo cual implica ser responsables por las acciones que cada uno realiza diariamente.

Maat es el término más importante dentro de la filosofía y religión kemética. Por un lado es una Netjeret (diosa), representada con una pluma en la cabeza, y por el otro es un concepto abstracto, El concepto. En egipcio antiguo significa literalmente "verdad". Maat era el orden, el equilibrio, la verdad y la justicia universal personificada; era armonía, aquello correcto, lo que las cosas deberían ser. Sin Maat, el universo retornaría al caos ya que, gracias a ella, funciona de un modo racional y ordenado.

Al mismo tiempo –y he aquí tal vez lo más complicado de comprender– Maat no es buena ni mala. Maat simplemente es, y está más allá de la ética del mismo modo que una flor no es buena ni mala, verdadera ni falsa, sino que es completamente neutral. Es por ello que durante el juicio en el más allá, Maat, es representada por la pluma de la balanza que contrapesa el corazón del difunto, ella no elige partes, no tiene favoritos, simplemente contrapesa lo que es depositado en los platillos. Maat es un proceso que se pone en marcha a partir de acciones; reacciona al actuar humano y mueve las piezas de modo que el equilibrio sea restablecido siempre. Toda acción tiene una reacción, y ella es consecuencia de Maat.

Otro pilar de esta fe son las 42 confesiones negativas, recitadas por el fallecido durante el juicio en el más allá, y que constituyen un equivalente a los mandamientos cristianos.

En la religión egipcia, no se cree en ningún diablo o Satanás. El dios Seth, que muchas veces en fuentes no académicas se lo relaciona con el mal, es un dios, y por lo tanto se encuentra dentro de Maat. Seth simbolizaba el cambio brusco, el caos necesario. La muerte de Osiris, en sus fuentes iniciales, había sido producto de un accidente, ya que durante una tormenta (producida por Seth), el Nilo se desbordó y arrastró a Osiris que murió ahogado en sus aguas. Más tarde, con la expulsión de los hicsos y la influencia griega, el relato comenzó a ser modificado hasta terminar en la versión más conocida de Plutarco en la cuál, Seth, descuartiza a su hermano luego de matarlo. Esta última versión no es aceptada por la religión kemética ortodoxa.

En la mitología egipcia, lo contrario de Maat era Isfet, que se manifestaba a través de su lenguaje (la mentira) y su acción (el mal). También estaba Apep, una gigantesca serpiente que todas las noches intentaba destruir al dios del Sol, Ra, pero en la misma mitología, era Seth quien iba en la barca solar para protegerlo y vencer a la serpiente cada día.

Práctica

La religión Kemética Ortodoxa está dividida en tres categorías principales de devoción. El primero es el servicio formal, en rituales hechos por sacerdotes. Esas prácticas tal vez sean las más conocidas de la antigüedad a causa de los textos preservados en papiros y muros de los templos antiguos. Muy poco modificados a través de los milenios, esos rituales son preservados por los sacerdotes Keméticos Ortodoxos del modo más cercano a los originales como sea posible. Como ejemplo podemos citar el Ritual de la Casa de la Mañana (“Rite of the House of the Morning”), un ritual diario, al amanecer, junto con invocaciones y adoraciones a Necher por un nuevo día. Cada nacimiento del Sol es importante, como una representación física y simbólica de la eterna reafirmación de que Ma'at fue preservada y que la vida va a continuar existiendo.

La segunda categoría de la devoción Kemética Ortodoxa son los Rituales Personales: la práctica de la devoción de todos los seguidores, sean sacerdotes o no. El fundamento de la fe Kemética Ortodoxa está en un ritual universal llamado Senut: cada devoto, sea de la congregación o sacerdote, y aún la Nisut (AUS), reza diariamente una serie de oraciones en un altar particular para comunicarse con y adorar a Netjer. Aunque este ritual sea simple en comparación con la pompa y fanfarria de los rituales formales, él forma la columna de sustentación de toda la práctica de rituales de la religión, y constituye su sacramento más importante.

La tercera categoría de la devoción Kemética Ortodoxa consiste en la devoción a los ancestros. Los Akhu (pronunciado Aju), o los muertos bendecidos, que están un paso más cerca de Netjer que un humano mortal. Se reverencian los ancestros al recordarlos y se les venera ofreciéndoles ofrendas, a cambio ellos protegen y cuidan a los vivos.

Existen tres niveles básicos de participación: Remetj: son miembros que si bien están interesados en la práctica de la religión, no la tienen como fe principal.

Shemsu: Son aquellos que deciden convertirse completamente, realizando un juramento de servir a las deidades egipcias sobre cualquier otro culto. Sin embargo, un Shemsu puede continuar practicando otras religiones y no está obligado a abandonar cualquier título obtenido; además, en caso de arrepentirse, puede abandonar la fe.

Shemsu-Ankh: Aquellos que deciden dar un paso más allá. Jurar servir a la Nisut (AUS) y a toda la comunidad.

La religión kemética ortodoxa no se considera el único camino verdadero ni la única verdad, ni la única religión kemética, por lo que su visión de otros cultos es completamente respetuosa.

Nisut Hekatawy I - Líder espiritual de la religión
Su nombre en inglés es Tamara L. Siuda, sin embargo los miembros de su fe también la conocen como Su Santidad, Sejenet-Maat-Ra setep-en-Ra Hekatawy I, Nisut-Bity de la fe Kemética Ortodoxa, o simplemente como Hemet (una antigua palabra que puede traducirse como “majestad” o “santa encarnación”).

Nisut-Bity, a veces traducido como "Soberano" (el que Gobierna) o "Él/la del junco y la abeja," es el antiguo nombre de Trono de un personaje llamado "faraón": hoy, como en la antigüedad, el líder espiritual y cultural de la nación Kemética.

Al ser coronada, la Nisut es encomendada de cumplir la voluntad de Netjer y actuar como eslabón y puente físico y espiritual entre los devotos y Netjer. Como la actual Nisut-bity (muchas veces abreviado como "Nisut"), Su Santidad es reconocida por los Keméticos Ortodoxos como la encarnación actual del ka real, o el espíritu de (Horus), el aspecto Kemético de la divinidad encarnada en sus líderes espirituales. Al ser coronada, la 196° Nisut, recibió nombres Keméticos, señalando sus responsabilidades espirituales y determinando el curso de su misión dentro de la religión Kemética Ortodoxa.

La coronación tuvo lugar en Egipto, en el año 1996, y en los mismos lugares tradicionales donde los antiguos rituales eran realizados.


El antiguo historiador griego Herodoto, quién supuestamente viajó a Egipto en el siglo V AC, describió a los egipcios como "religiosos en exceso, más allá que cualquier otra raza de hombres" (Historia II, 37).
Los observadores modernos, usualmente tienen la misma impresión. Además de las tumbas, los más grandes sobrevivientes representantes de la arquitectura egipcia son sus templos; el arte egipcio está dominado por figuras de sus dioses; los nombres de los dioses más adorados; y raramente hay algún texto o inscripción que no haga mención al menos de uno o más dioses.
La afirmación de Herodoto de que los egipcios eran religiosos "en exceso", refleja una noción de religión particularmente occidental, una que (comenzando con los griegos) ha separado religión de otras esferas de la existencia humana diaria, como el gobierno, el comportamiento social, intelectual y científico. En el antiguo Egipto no había tal separación. Lo que llamamos "religión" egipcia, no es nada más ni nada menos que el mundo egipcio tal como ellos lo entendían.

Ya sea que crean o no en la existencia de un dios (o dioses), la mayoría de las sociedades modernas miran al mundo objetivamente, como una colección de elementos impersonales, fuerzas. Entendemos, por ejemplo, que el viento surge por la presión diferencial entre alta y baja presión; que la gente se enferma por gérmenes o virus; y que las cosas crecen y cambian por procesos químicos o biológicos. Este conocimiento es heredado luego de siglos de experimentación y pensamiento científico.

Los antiguos egipcios enfrentaron el mismo universo físico que nosotros, y también intentaron entenderlo y manejarlo. Pero, sin el beneficio de nuestro conocimiento acumulado, tuvieron que encontrar sus propias explicaciones para fenómenos naturales y los propios métodos para sobrellevarlos. La respuesta a la que llegaron es lo que llamamos "religión egipcia".

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Los dioses y diosas egipcios no eran nada más ni nada menos que los elementos y fuerzas del universo. Los dioses no solamente "controlaban" estos fenómenos, como el dios griego Zeus con sus rayos, sino que ERAN los elementos y fuerzas del mundo. El viento por ejemplo, era el dios Shu; en un texto, Shu se describe del siguiente modo: "Soy Shu... mi vestimenta es el viento... mi piel es la presión del viento". Cuando un egipcio sentía el viento en su rostro, sentía que Shu había pasado junto a él.
Del mismo modo que existen cientos de elementos reconocibles y fuerzas de la naturaleza, también había cientos de dioses egipcios. Los más importantes, por supuesto, eran los más grandes fenómenos naturales. Ellos incluían a Atum, la fuente original de toda la materia y sus descendientes: Geb y Nut, la tierra y el cielo, Shu, la atmósfera, Ra, el sol, Osiris, el poder masculino de regeneración e Isis, el principio femenino de maternidad. Lo que podríamos considerar principios abstractos del comportamiento humano, eran también dioses y diosas: por ejemplo, el orden y la armonía, Ma'at, el desorden y el caos, Seth, la creatividad, Ptah, el razonamiento, Thot, la ira, Sekhmet y el amor, Hathor.

El poder de la monarquía también era un dios, Horus, personificado no solo en el solKEMET, EGIPCIOS, Mitología Egipcia, Los Dioses Egipcios, Los Netjeru, Religion Egipcia, Dioses, Shu, Atum, Geb y Nut, la tierra y el cielo, Shu, la atmósfera, Ra, el sol, Osiris, Ma'at, Seth, Ptah, Thot, Sekhmet, Hathor, Horus, Isis, Akhet, Ra, Horus del horizonte como la fuerza dominante de la naturaleza, sino también en la persona del faraón, como la fuerza dominante en la sociedad humana. Nuestra separación entre "religión" y "gobierno" habría sido incomprensible para un egipcio antiguo. Aunque se rebelaron contra reyes individuales, e incluso los asesinaron, nunca reemplazaron el sistema faraónico con otro sistema de gobierno. Hacerlo habría sido tan impensable como reemplazar el sol con otra cosa.
Los egipcios veían los deseos y acciones de sus dioses en acción en los fenómenos de la vida diaria: Ra, en el retorno diario de la luz y tibieza; Osiris e Isis, en el milagro del nacimiento; Ma'at o Seth, en la armonía y discordia de las relaciones humanas; Ptah y Thot en la creación de edificios, arte y literatura; y Horus, en el rey cuyo reinado hacía posible la vida misma.

En muchos casos, ellos también vieron la presencia de sus dioses en ciertas especies de animales: Horus por ejemplo, en el halcón, que vuela sobre todas las criaturas vivientes; o Sekhmet, en la ferocidad del león. Esta asociación es la clave para muchas imágenes de dioses con cabeza de animal en el arte egipcio. Para un egipcio, la imagen de una mujer con cabeza de leona, por ejemplo, encerraba dos cosas: por un lado, que no era la imagen de una mujer humana, por ello, se refería a una diosa, y segundo, que la diosa en cuestión era Sekhmet. Estas imágenes no querían demostrar cómo lucían los dioses, sino que son ideogramas a gran escala.

Ya que los egipcios veían a los dioses en todos los comportamientos naturales y humanos, sus intentos de explicar y sobrellevar tal comportamiento se enfocaba, naturalmente, en los dioses. Los mitos egipcios son la contraparte de nuestros textos científicos: ambos explican lo que el mundo es, y porqué se comporta del modo que lo hace. Los himnos egipcios, oraciones y rituales de ofrenda, tienen el mismo propósito que nuestra ingeniería genética o plantas de energía nuclear; ambos son intentos de mediar los efectos de las fuerzas naturales y volverlos algo ventajoso para el hombre.
Aunque los egipcios reconocían a la mayoría de los fenómenos naturales y sociales como fuerzas divinas separadas, también notaron que muchas estaban relacionadas y podían ser entendidas como diferentes aspectos de una fuerza natural. Esto está expresado en la práctica conocida como "sincretismo", la combinación de varios dioses en uno. El sol, por ejemplo, podía ser visto no solo como la fuente física de luz y calor (Ra), sino también como la fuerza gobernante de la naturaleza (Horus), cuya aparición al amanecer por el Akhet (horizonte) hace toda vida posible. Esta percepción resultó en el dios combinado Ra-Horakhty (Ra, Horus del horizonte). La tendencia al sincretismo es visible en todos los periodos de la historia egipcia. Explica no solo la combinación de varios dioses egipcios, sino también la facilidad con la que los egipcios aceptaban dioses extranjeros, como Baal y Astarte, dentro de su panteón, como formas diferentes de sus dioses familiares.

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A pesar de este descubrimiento, los antiguos egipcios nunca abandonaron su creencia en muchos dioses. Respecto a esto, su entendimiento de divinidad era similar a la del concepto cristiano tardío de trinidad: un dios que puede tener más de una personalidad.

Aunque puedan resultar bizarros para los creyentes modernos, la religión de los dioses egipcios no es tan diferente de religiones que son más familiares para nosotros. En lugar de ser un fenómeno aislado de la historia humana, esta religión, de hecho, se encuentra al inicio del desarrollo intelectual moderno y su desarrollo.

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